Entre los primeros libros que regalan o recomiendan a un padre o madre primerizo se encuentra “Duérmete niño”

En el libro, mediante una serie de anécdotas y consejos se presenta un método para que los niños aprendan a dormir, o mejor para que adquieran un correcto hábito de dormir.

Se trata de una de las lecturas más recomendables para padres primerizos, alguna de las ideas que resaltaría:

• Es necesario crear un hábito en el proceso de acostarle: el antes, el ambiente…
• No caer en las tentaciones de aparatos de sonido, músicas, etc.
• El niño debe dormirse en las condiciones más parecidas posibles a las que encontrará cuando se despierte a media noche, lo que incluye que debe dormirse solo.

Es un libro para tener en cuenta a partir de los primeros meses, y mejor antes del medio año.

Ningún bebe es igual a otro a la hora de dormir, mis propios hijo y mi hija han seguido procesos muy diferentes; aún así he encontrado válidas las ideas del libro en el momento de llevarlas a la práctica.

Por si no lo conocéis:
Duérmete niño
Autores: Dr. Eduard Estivil, Sylvia de Béjar
Plaza & Janés Editores, S.A.

Resulta que no por esperado es menos impactante. Llevas 9 días de retraso y te decides a comprar un test de embarazo. Tu marido o novio y tú os sonreís, y decidís hacer la prueba en cuanto llegueis a casa. No podeis esperar más. Ya llevais unos meses en que cada mes os llevabais un pequeño disgusto, que luego os enterais además, ¡que se considera normal hasta un año de intentos!

Cuando llegais a casa lees avidamente las instrucciones, en las películas siempre se hacen un lío, que si una raya, que si dos, que si no-sé-qué-color,... pero resulta que si hay raya estás embarazada, y si no, no aparece nada. Lógico, así de simple.

Y únicamente hay que esperar cinco minutos. Haces la operación con la barrita del test, te dispones a esperar unos tensos minutos, y mientras lo dejas en la repisa, !ves que empieza a aparecer ya una fina linea de color lila! tu pareja también la ha visto…

-¿pero no había que esperar 5 minutos?

-Pues eso ponía…

-si ya está la rayita esa… será que…

-mmm,... ¿de verdad?

Por si acaso, esperais los cinco minutos, y por supuesto la rayita no desaparece, cada vez se marca más. No sabes dónde mirar, a tu pareja, a la rayita que parece señalarte, al suelo, al techo… os entra la risa nerviosa, y sabeis que…

¡ESTAIS EMBARAZADOS!