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¿Qué me pasa?

La adolescencia es una época de cambios para nuestros hijos. Los cambios corporales y psicológicos pueden resultar realmente desconcertantes para un adolescente.

Tu cuerpo cambia, tu mente cambia, tus gustos cambian… ¿qué ocurre?

En Chicos.net tiene una colección de tres micrositios donde explican a los adolescentes de modo sencillo qué les está ocurriendo y cómo les afecta.

Saber Escuchar

Ninguno de estos temas había interesado suficiente a mi padre como para dejar de mirar la televisión sin pestañear… y de pronto, me mira fijamente, con cara de susto, esperando que le cuente quién sabe qué auténticos y dramáticos problemas de adolescente. Aquello me hizo sentir incómoda, forzada y sumamente ofendida. Suerte que intenté ponerme en su lugar y mientras salía despavorida hacia mi habitación grite… “¡Escuchar papa, escuchar más que preguntar!”

En La Fábrica de la Participación tienen una interesante reflexión sobre la importancia de escuchar en la relación padres-hijos. Muchas veces intentamos forzar a nuestros hijos a que se comuniquen con nosotros y resulta extraño y artificial para ellos, mientras que simplemente escuchar sus pequeños problemas o lo que les inquieta cuando ellos quieres hablarlo puede ser la base de una verdadera comunicación.

¿Dónde está el manual de Vanesa?

De vez en cuando me pregunto si tener hijos no es, en general, demasiado sencillo. Vaya por delante que me refiero al caso de parejas sin problemas de fertilidad, con embarazos normales, y con economías suficientes para cubrir las necesidades de una familia con hijos. Es decir, a mucha gente.

Analicemos paso a paso, en primer lugar, La Concepción. Aquí estaremos todos de acuerdo, “hacer” hijos es fácil. No hay que cumplir ningún prerrequisito, no hay exámenes, la técnica no es complicada, es gratis y, encima, es divertido. Es tan sencillo, que más de uno ha ‘acertado’ a la primera….. . Cualquier otra faceta de nuestras vidas es más complicada, para trabajar hay que tener conocimientos, para conducir hay que obtener un carné, para votar hay que tener 18 años. Todo es más difícil, o más caro, o requiere más tiempo que hacer un hijo. De hecho, si lo comparamos con el proceso más parecido, la adopción, la diferencia es tan abismal que, como mínimo, resulta injusta.

Sigamos con La Gestación y el Parto. Aquí quiero ser muy prudente y recordar que me refiero a embarazos normales (no quisiera herir los sentimientos de nadie). En esta fase la naturaleza es la que manda, la técnica permite sortear ciertos problemas pero, si la mujer está sana, no se puede hacer nada bien ni mal, básicamente toca esperar unas 40 semanas y sufrir unas horas durante el parto.

Por último La Educación. Sobre la formación de los hijos hay muchas opiniones, tendencias, consejos. De hecho para cualquier teoría sobre cualquier faceta de la educación encontraremos defensores y detractores, bibliografía a favor y en contra. Uno simplemente sigue sus instintos, su sentido común, porque no se puede tener la certeza de estar en lo correcto, no hay una relación causa-efecto inmediata, nuestros aciertos y errores acabarán marcando la personalidad de nuestros hijos, pero siempre en el largo plazo cuando ya es difícil rectificar.
Durante el proceso no hay evaluaciones parciales, no hay multas por exceso de velocidad, nadie va a decirnos cómo educar a nuestros hijos y, si lo hacen, no pueden obligarnos a cambiar. ¡Solo faltaría!.

Y, al final, no hay examen, nadie aprueba ni suspende, o si….. El pasado domingo, 2 de Octubre, leí un artículo de Lea del Pozo, ‘Chicas, la otra cara de las bandas latinas’, publicado en el Magazine de La Vanguardia. Habla del papel de las jóvenes en las bandas latinas que, en los últimos años, han llegado a las ciudades españolas, hacia el final del mismo describe una fiesta:

“Los padres de las homenajeadas también han venido. Están sentados en las pocas sillas que hay. Han pagado la fiesta: local, bebida gratis para todos y un gran pastel de nata con cientos de velas. Sus hijas cumplen 15 años.
Vanesa viene y va. Está encantada. Para la ocasión ha elegido un vestido ceñido y corto, y unos zapatos con cintas hasta las rodillas. Su madre está disgustada, se debate entre la rabia y la tristeza. ‘Crees que me gusta verla vestida así, yo no la he educado para esto. Parece una…’ [...] ‘No puedo con ella, pero esto no puede ser. ¿Te crees que me gusta que vaya con esta gente? No quiere estudiar ni trabajar, la expulsaron de su colegio y, ahora, apenas va al nuevo instituto’ [...]
Y mientras su madre la sigue con la mirada, alguien llama a Vanesa. Ella corre. Es el líder de los panteras negras, su novio. Esta noche, todo el mundo la respeta un poco más.”

Mi primera reacción fue echar cuentas. Mi hija mayor tiene casi 9 años…. Seguramente no llegará a encontrarse en una situación parecida, mas que nada, porque vivimos en un entorno diferente al de los protagonistas del artículo. Pero no puedo evitar pensar si la estoy preparando correctamente, si la estoy ayudando a que, cuando llegue el momento, tome las decisiones acertadas o si, por el contrario, llegará un día en que me sentiré como la madre del artículo.

Resulta que lo complicado es, precisamente, que no haya condiciones, que no haya normas, que no exista un libro de instrucciones. Se que no puede haberlo, que no debe haberlo y, sin embargo, a veces me pregunto ¿ dónde esta el manual de Vanesa ?

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